A Lisandro Zeno, Lichu, le diagnosticaron leucemia el 3 de noviembre de 2014. A los 25 años, promediando el sexto año de la carrera de medicina y rugbier en el Jockey Club de Rosario, Santa Fe, asumió desde entonces otro desafío: vencer a su enfermedad y ayudar a que otras personas puedan hacerlo promoviendo la donación de médula ósea.
Al iniciar su tratamiento con quimioterapia, el grupo de amigos de Lichu lo sorprendió con una bandera y una imagen impensada: sus amigos se habían rapado, en solidaridad con la posible pérdida de cabello que sufriría Lisandro. La bandera que enarbolaban los jóvenes tenía la frase “No pasa nada, maestro”, frase utilizada por Lisandro cuando se encuentra ante un problema.
Esa frase y esa manifestación de apoyo dio lugar a una página de Facebook que pronto se viralizó en redes sociales bajo el nombre#NoPasaNadaMaestro, hashtag bajo el cual se suben videos de salutación y apoyo para Lichu, y se desafía a personas a continuar con el desafío.
“En la donación de órganos, médula y sangre no importa de qué país seas, la camiseta que defiendas o los colores de tu corazón! Y para demostrarlo mis nominados para que se pelen son el técnico canaya Eduardo Coudet y el técnico leproso Lucas Bernardi! Estamos todos juntos en esta lucha! # DesafioNoPasaNadaMaestro”, escribió Lisandro a principios de julio, haciendo referencia al club de sus amores Rosario Central (canallas) y su tradicional rival Newell’s (leproso).
La campaña consiguió pronto videos de apoyo de distintas personalidades del fútbol, como Bernardi, Ángel Di María, el Tata Martino, del mundo del espectáculo, e incluso del argentino más famoso: el Papa Francisco.
Durante el vuelo que lo trajo desde Roma a Sudamérica, el Papa grabó mediante una periodista rosarina que participó del vuelo un mensaje para Lichu con una bendición para él: "Lichu, me contaron de tu enfermedad. Rezo por vos, le pido a Jesús que te acompañe, que te dé fuerza, te devuelva la salud, y vos dejate conducir por la mano de Dios y que la Virgen te proteja mucho”.
En las próximas semanas, Lichu recibirá en el Hospital Universitario Austral, de Pilar, Buenos Aires, un trasplante de médula ósea. Como en otros casos, y gracias al excelente trabajo del registro mundial, el donante es de otro país, en este caso de Brasil. Lisandro espera poder conocerlo, aunque la legislación impone un año prudencial antes de revelar la identidad del donante.
El #DesafíoNoPasaNada no se acabó en manifestaciones de apoyo para Lichu. Junto con sus familiares, amigos y grupos solidarios realizaron distintas campañas para la recolección de datos y la concientización sobre la donación, y se proponen realizar un evento por mes para continuar con el objetivo.
Incluso mientras enfrentaba las primeras etapas de su tratamiento, Lichu se solidarizó con otro rugbier rosarino enfermo de cáncer y organizó una fiesta para juntar fondos y ayudar a su familia a enfrentar los gastos del tratamiento.
Cualquier persona sana de entre 18 y 55 años, con más de 50 kilos de peso, puede inscribirse en el registro de donantes de médula ósea. Con una muestra de sangre, se ingresan los datos inmunológicos en un registro.
Si se advierte compatibilidad genética con un paciente que lo necesite, el potencial donante puede ser así llamado para la donación. La donación no afecta la vida normal del donante, y permite, en muchos casos, que quienes reciben las células madres de médula ósea sanas puedan retomar su vida normalmente.
Receptor de solidaridad, Lichu busca ser solidarios con otros. Su partido aún no termina, pero ya es un ganador.
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