Aunque su lucha por los derechos civiles comenzó en su etapa estudiantil, su verdadero cambio se produjo al conocer cómo en los hospitales de Cuba se inducían médicamente a las madres para que expulsaran a sus bebés del vientre y matarlos una vez fuera. Denunciar esa atrocidad ante el régimen castrista le costó 12 años de cárcel, pero afirma que lo volvería a hacer.
“Provengo de una familia sencilla, me desarrollé y estudié dentro de un sistema totalitario en el que nunca tuve ningún problema hasta que me salí de él. No me di cuenta de que estaba adoctrinado”, explica el doctor Biscet a ACI Prensa.
“Me especialicé en medicina interna y trabajé en varios hospitales maternos en donde me encargaba de las embarazadas que sufrían diabetes, presión arterial. Por varios amigos médicos conocí la realidad de lo que se practicaba allí”, recuerda.
Las atrocidades de los hospitales
Durante su trabajo en el Hospital Hijas de Galicia descubrió los atroces abortos que se realizaban con el medicamento rivanol. Sin embargo, poco a poco, se dio cuenta que esas aberraciones se daban también en otros hospitales de Cuba.
“Con ese medicamento descubrí que podía nacer una criatura viva y que después las asesinaban”, explicó. En algunos casos los bebés que nacían vivos eran ahogados en cubos de agua o se les cortaba la médula.
Se le planteó un grave problema de conciencia, porque no podía soportar que se le quitara la vida así a un ser humano, también en los últimos meses de embarazo.
Conocer esos asesinatos le llevó a protestar de manera clara y precisa. Por eso entregó una investigación detallada ante los órganos de justicia competentes, “pero nadie hizo nada al respecto”.
“Sabía que no me iban a hacer caso, porque en ese momento ya era consciente de que vivía en un sistema totalitario. Como nadie respondió fui a las oficinas de Fidel Castro y dejé un casete con un estudio bibliográfico con todo el proceso del estudio, donde demostraba el asesinato de las personas que nacían vivas y que violaba la ley”, recuerda a ACI Prensa.
“El hecho de que no se respete al individuo más débil que hay en la vida, que es el no nacido, trae una transformación en la personalidad de la sociedad, y hace que se pierda y corrompa la personalidad en la dignidad”, explica.
Torturas en la cárcel
Fue entonces cuando el doctor Biscet perdió su trabajo y su casa. Además, “el gobierno tomó la medida de ponerme en prisión por ser ‘una amenaza para el Estado’ y de torturarme para que cambiara mi pensamiento y no acusara al sistema de salud de practicar este tipo de abortos, sino a médicos concretos de manera individual”.
Las torturas a las que se refiere pasaban por compartir celda con enfermos mentales violentos a los que suspendían la medicación para que aumentara su desequilibrio mental y se dejaran llevar por los episodios psicóticos y violentos contra el doctor Biscet, quien durante esos años temió por su vida. “Gracias a mi fe en Dios pude resistir y estar ahora aquí, más fuerte que nunca para luchar por las libertades del pueblo cubano”, declara convencido.
Fue liberado en el año 2002 y posteriormente detenido de nuevo y condenado a 25 años, hasta que finalmente fue excarcelado de manera definitiva en el año 2011.
“Los años de prisión fueron totalmente injustos porque los cargos eran falsos. Fui un preso de conciencia reconocido por Amnistía Internacional, quien denunció las torturas y arbitrariedades que se hicieron contra mi persona. También quisieron deportarme del país pero, con el favor de Dios, pude resistir y por eso sigo trabajando con más fuerza si cabe por la democracia y la libertad del pueblo cubano”, declara a ACI Prensa.
Proyecto Emilia: Cambio para Cuba
El doctor Biscet trabaja para ese cambio a través del Proyecto Emilia, con el que pretende “llevar a cabo un cambio profundo en la sociedad para que se rompa con el régimen comunista y se instaure la democracia y la libertad pronto”.
Según explica ese proyecto está basado en “la resistencia civil no violenta para que los ciudadanos se despierten y profundicen en el cambio hasta que los Castro dejen el poder”.
Según precisa a ACI Prensa, la información del Proyecto Emilia “ha sido entregada de casa en casa, en las calles, en las paradas para que la gente pueda consolidar su pensamiento y logremos así el cambio que queremos hacia la libertad. Y con la ayuda de Dios lo lograremos porque está basado en la verdad, la justicia y el amor al prójimo”.
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