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El P. Germán Isaza ha sido llamado a la casa del Padre.

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Como comunidad parroquial nos unimos en oración por su eterno descanso y pedimos fortaleza para su familia en estos momentos. 

Después de una larga enfermedad, en horas de la noche del 2 de febrero del 2018 falleció el P. Germán Isaza Vélez.

Hijo de Guillermo Isaza Mejía y Lola Vélez Mejía. Estudió en el Seminario Mayor y en la Universidad Javeriana, se ordenó en Bogotá el 10 de Diciembre de 1977 de manos de Monseñor Aníbal Muñoz Duque.

Se distinguió por sus servicios en la Cancillería de la Arquidiócesis de Bogotá. En mayo del 2001 llega a su primera parroquia, Nuestra Señora de Torcoroma, en la cual permaneció hasta enero del 2009. Posteriormente fue nombrado para Santo Domingo Savio y luego para Nuestra Señora del Buen Consejo.

Sus exequias se realizaron el domingo 4 de febrero a las 3:00 p.m. en nuestra parroquia. La ceremonia fue presidida por el cardenal arzobispo de Bogotá, Rubén Salazar Gómez, y concelebrada por ocho obispos y más de setenta sacerdotes. Los fieles colmaron el templo parroquial y así hicieron reconocimiento agradecido a este hombre de Dios, que ciertamente dejó profunda huella en la arquidiócesis de Bogotá.

El padre Germán Isaza, miembro de una prestante familia caldense, reunió en su existencia varias características que le dieron un perfil sacerdotal muy completo. Se trataba de un hombre supremamente culto, lector infatigable y poseedor de una muy importante biblioteca que hoy reposa en un seminario. Fue asociado por tres arzobispos de Bogotá como Canciller de la Curia y allí se desempeñó con lujo de detalles. Demostró que era un hombre de total entrega a la Iglesia y de una fidelidad a toda prueba con los prelados que lo tuvieron cerca. Allí, en la Cancillería de la arquidiócesis de Bogotá, servicio complejo desde todo punto de vista, demostró todo su amor a la Iglesia y en forma muy especial hacia los sacerdotes. Actuó siempre con una discreción que no siempre se da en esos cargos pues fue un hombre alejado de toda pretensión de honores y exaltaciones. Como pocos, tenía casi que una obsesión por no aparecer en nada ni nunca. Su forma de presencia fue el servicio sacerdotal.

 

El padre Isaza Vélez sirvió en diversos campos de la pastoral, como las parroquias, los colegios, juntas directivas en obras de la Iglesia y en la Curia arquidiocesana. En todo brilló su inteligencia, su buen sentido del humor y una fina ironía contra lo insustancial, pero siempre en la caridad. Fue un sacerdote de una sola pieza que enalteció el nombre del sacerdocio de Cristo y que llevó a la altura la pertenencia al clero de la arquidiócesis de Bogotá, luego de formarse en el Seminario Conciliar de San José, allí donde se formaron también los sacerdotes que en sentido homenaje lo acompañaron en su pascua definitiva. Descanse en paz.

 

 

Compartimos la homilía del Arzobispo de Bogotá pronunciada sus exequias: 

 

 

 

 

 

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